Un lugar carmín grisáceo,
donde te conocí
y en el que empezamos
a compartir pájaros y nubes.
Todo es incierto,
ahora me concentro
y vuelco toda mi energía en ti,
en cómo decirte, en cómo tocarte,
sin que despiertes.
Pero eres agua
entre mis manos desdichadas
y te me escapas entre los dedos.
A veces también eres tinta,
con la que pinto mis ojos,
por los que te derramas
en forma de lágrimas,
lágrimas negras.
A veces eres también
manta, abrigo,
cobijas mi sombra
para que pase frío.
A veces... a veces... y siempre.